Quizá en este momento en que usted esté leyendo esta nota se está cerrando un trato de compra de un terreno o un hotel en Guanacaste.
Esa provincia se ha convertido en uno de los puntos más atractivos para los inversores internacionales, al grado de que queda poco espacio por ofrecer en este momento.
Y con el paso de los meses no cabe duda de que empezarán a surgir noticias sobre las cadenas de hoteles y residencias de lujo que se instalarán en la provincia.
Ese panorama se desprende de un reciente estudio sobre el mercado de bienes raíces en el pacífico norte elaborado por la firma Ranfer-Networking.
Los inversores están claros que Costa Rica y, específicamente Guanacaste, es lo que la gente añora después de la pandemia, destacó Randall Fernández, gerente de la consultora y creador de la investigación.
“La pandemia creó una conciencia global de la necesidad de estar en ambientes saludables y la tradición de conservación nos pone en una condición inmejorable”, dijo.
A su vez, enfatizó que se pudo constatar que Costa Rica se está percibiendo ya no solo para el disfrute temporal, sino también permanente. “No solo como un second home, sino como un first home”, enfatizó.
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“A esto súmele que noticias como la del premio Earthshot, otorgado por el príncipe William por la conservación del ambiente, genera una mayor resonancia a la alta reputación que ya tenía el país”, enfatizó.
Sobre los sitios más calientes, el estudio identifica a playas Celeste, Nosara y Palmitas; además a Flamingo por el empuje de la marina y Avellanas, de la cual se dice que va encaminada a convertirse en el nuevo Tamarindo.
Además, destaca que la Península de Nicoya, tiene su propio ritmo y atmósfera; a Santa Elena la describe como un lugar pujante y a Carrillo se lo percibe como una joya aún no explotada.
Esta situación genera que la escasa disponibilidad de terrenos que queda se consiga a precio de oro, en muchos de los casos.
Incluso al extremo de que “las ecuaciones de rentabilidad no den para desarrollar proyectos” y no son pocos los casos donde la respuesta de los inversionistas es “me gusta esa propiedad, pero a ese precio no dan los números”, destacó el estudio.
Y es que si bien en la provincia aún se encuentran hospedajes entre los $50 y $200, lo cierto es que también existen proyectos enfocados al bienestar donde el costo de una noche supera los $1.000.
“Estar de moda y ser un destino posicionado en el top de hospitalidad y de retiro a nivel mundial hacen que lo valga”, destaca el estudio de mercado.
Para el país, el repunte de los bienes raíces es sinónimo de trabajo para empresas de real estate, de construcción, de servicios y otras actividades que se han instalado en la provincia.
A su vez, es un dinamizador de la economía y un generador importante de empleo y oportunidades, revela el informe.
Pero también genera retos al país. En esa línea Ranfer-Networking identificó la dificultad para el acceso al agua como el principal, ante la falta de inversión, en algunos casos, y gestión oportuna, en otros.
“Esta situación encarece los desarrollos pues provoca altas inversiones en la búsqueda de solución orientadas principalmente a la desalinización del agua de mar, para no depender de pozos o del sistema público”.
Otros desafíos son trabajar en la lentitud en procesos, la falta de personal con buen nivel de inglés y en la articulación para conseguir un desarrollo ordenada y sostenible para convertir la provincia en un motor de desarrollo económico que mejore la calidad de vida de la población, destacó el estudio.
“Los encadenamientos productivos a partir de este desarrollo son posibles y se gestan prácticamente por oportunidad o necesidad, pequeñas y medianas empresas, de servicios y productivas, se integran como un clúster de desarrollo”, evidenció.
Ranfer-Networking está involucrada activamente en el estudio de mercado, comercialización de hoteles, propiedades para desarrollo, promoción de proyectos en planos, terrenos, villas y condominios en el mercado nacional.
